¿Inconclusa o interminable?

Érase una vez una historia en la que no se dijo adiós, ni hasta luego
no hubo un punto de partida, ni uno de llegada
no hubo transición amor-odio (ni viceversa).
Nunca tuvo origen, ni rumbo
ni sentido, o intención
arrancó en el intermedio y allí se estancó
sin saber si aún existe, o si más bien existió.


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