Un minuto

Si te detienes a pensar en todas las cosas que pueden pasar en esos sesenta segundos que conforman a cada minuto... *violada mentalmente*

Un minuto es nada cuando vas apurado, pero si nos dedicamos a observar bien, en retrospectiva, es fácil entender que ese tiempo habría alcanzado para cambiar algunas cosas lo suficiente, para crearte una realidad mejor.

Si en aquel minuto de un último beso hubieses sabido que era el fin, seguro no te habrías apurado cuando llegó tu taxi. Si en aquel minuto antes de estallar de rabia te hubieses detenido a pensar antes de hablar, no habrías herido tanto. Si en ese minuto que no disfrutaste por salir apurado te hubieses detenido a pensar cuán afortunado eras por tener a esa persona a la que luego no volverías a ver... Si en aquel minuto antes de salir huyendo hubieses podido convencerte de que tu certeza era más grande que todos tus miedos.

Poco importa qué pasó, no soy persona de arrepentimientos, pero sí me gusta compartir las conclusiones que saco de mis errores. Si no viviéramos en piloto automático, podríamos procesar cuán valioso es cada minuto.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El astronauta y el buzo

Voy contigo, virgo

No es tan malo como lo pintan: Arjona