Esta fue la frase que soltó Vane, luego de mirar el mapa de los jardines de Versalles y darse cuenta de que nos habíamos perdido. De verdad estábamos muy lejos de nuestro objetivo principal, pero ya habíamos caminado mucho y necesitábamos un break, así que decidimos iniciar el picnic que ella había planificado como bienvenida. Entre vinos y quesos, nos pusimos al día: hablamos de sus rutinas, de las mías y eso sirvió como un ejercicio para notar que, de verdad habíamos llegado lejos: lejos del punto que nos habíamos fijado en el mapa de Versalles, de maracaibo, pero sobre todo de quienes éramos cuando nos conocimos 3 años atrás en la oficina. La verdad, vivo diciendo que lo bueno de los cambios es esto y aquello, pero creo que no los noto lo suficiente, tal vez sea la rapidez con la que nuestras vidas van sucediendo. Lo justo es notar(se), celebrar(se), y seguir en plena conciencia de las distancias recorridas.